Participando en el World Barista Championship
El mundo del café está permanentemente en desarrollo, creando nuevas experiencias, generando competencia para mejorar el nivel en todos los eslabones de la cadena: en los procesos, en tueste, en la preparación, etc. Año tras año se celebran campeonatos nacionales y mundiales con este propósito. El World Barista Championship es uno de ellos y este año tuvo su escenario en la cosmopolita ciudad de Melbourne, Australia, en el mes de septiembre.
Junto a Pedro Ricardo, actual campeón nacional de Chile y representante en el mundial de barismo, conversamos sobre la preparación y la experiencia que se recorre hacia este evento de categoría mundial.
- En palabras generales, ¿cómo fue la experiencia en tu primer mundial de barismo?
La experiencia es realmente inmensa, uno va con una expectativa, pero realmente lo que se vive son momentos inimaginables. A uno se le abre la mente con lo grande que es el mundo del café en ciudades como Melbourne, donde es fácil encontrar café de procesos complejos en varias cafeterías.
El ver agremiados a los mejores competidores y a las mejores marcas, fue impresionante, uno se queda con las ganas de seguir aprendiendo, seguir transmitiendo todo lo que se vio y lo que se vivió. Es un orgullo y una responsabilidad enorme el representar a un país, no es algo que se pueda tomar a la ligera, requiere mucho trabajo, mucha pasión y también humildad.
Me llevo una experiencia grandísima, llena de conocimientos, de buenos momentos y de muchas expectativas para los próximos campeonatos.
- ¿Qué es lo que más destacas de este viaje y tu presentación al mundial?
Lo primero a destacar es que esta participación es un trabajo de equipo, nadie lo hace solo, no se puede hacer esto solo. Yo destaco el apoyo, el profesionalismo de todo el equipo de trabajo: mi entrenador Joanni Largo, el equipo y la marca Señor K, a Rodrigo Jaeger, que estuvieron presentes en todo momento, en las buenas y en las malas de mi preparación y de mi presentación.
De la presentación como tal, yo resalto el valor que hay que tener para presentarse en un escenario tan grande como el de un campeonato mundial de barismo, estando codo a codo con profesionales de vasta experiencia. Esta valentía es algo que se tiene que cultivar, con ganas, con pasión, con esfuerzo. Un trabajo de meses que se condensa en 15 minutos donde nada puede fallar.
- ¿Qué se siente haber representado a un país entero en un mundial de barismo?
Cuando uno gana el nacional siente mucho orgullo y felicidad, es un honor. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo uno cae en cuenta de la gran responsabilidad que implica representar a un país. Mi desempeño en esos 15 minutos no solo me representa a mí, tampoco solo al equipo de trabajo, sino a todo el país: a compañeros del rubro, colegas de barra, tostadores, etc., es decir a toda una cultura cafetera.
A pesar de yo ser colombiano, el haber llevar la bandera de Chile, que es el país donde nació esta pasión en mí, es algo que me llena de orgullo y de satisfacción. Chile es un país que me ha dado mucho y la pasión por el café es una de estas cosas. Si bien no logramos pasar a la fase de finales, se logró tener el mejor resultado que Chile ha tenido en su participación y esperamos que esto cada vez sea mejor y mejor, es un trabajo a nivel de toda la comunidad cafetera.
- ¿Es muy distinto una presentación de categoría nacional al mundial, cuáles son sus diferencias?
Definitivamente, sí. Son abismalmente distintas. Cuando tomé la decisión de presentarme el campeonato nacional, mi objetivo era ese, estar preparado en cuanto a técnicas y también psicológicamente para llegar a la final, pero en ese momento yo no pensé en qué pasaría si gano. En ese momento no vi más allá. Eso me pasó a mí, no le tomé el peso a lo que se me venía.
Ambas son competencias en las que hay que tener mucha responsabilidad y mostrar lo mejor; pero en el evento de la WBC hay otros factores que son muy importantes como el idioma, la presión mediática, la cultura cafetera del país donde se desarrolla el evento, en definitiva, son escenarios más grandes, con mayor rigor, con exigencias mucho mayores y mayor nivel de competencia.
Para tener una puntuación alta el desempeño tiene que ser perfecto, tiene que ser maravillosamente bien hecho. Este nivel de rigurosidad y exigencia hace que lo que se vive tenga más adrenalina.
Hay más competidores también, con más o menos preparación, algunos con gran trayectoria tras una barra y varios con campeonatos en su currículo. En la competencia nacional participamos entre 10-15 baristas, en el mundial son 50, entonces hay más tensión, más responsabilidad y más exigencia.
- ¿Cómo fue el recibimiento en Melbourne, pudiste establecer nuevas relaciones con otros baristas o gente del rubro?
El recibimiento por la organización fue muy agradable, en todo momento están pendientes de la llegada de los competidores. Las reuniones que hacen con anterioridad son muy bien organizadas.
A nivel de comunidad, tuvimos la oportunidad de conocer a muchas cafeterías en Melbourne. Uno empezaba a hablar con los baristas y cuando se enteraban de nuestra participación, se sentían muy orgullosos de que estuviéramos en su cafetería. Nos daban café para degustar, nos preparaban cafés especiales y nos llevaban a la mesa. Australia es un país donde se consume café de alta calidad, es común encontrar en las cafeterías cafés de procesos muy complejos: carbónicos, maceraciones, naturales; entonces se sentían muy orgullosos y nos hacían degustaciones.
Por otro lado, algo muy bonito de esta experiencia es que se logra hacer relaciones con otros competidores. En mi caso fue natural reunirnos con el representante de Guatemala, Panamá, Perú, México, con quienes compartimos idioma, cultura, etc., pudimos conversar y compartir experiencias, e intercambiar contactos.
En resumen, es un bonito recibimiento, ameno y lo que hace que la experiencia sea agradable.
- ¿Qué crees que fue lo mejor de tu presentación y qué fue lo peor?
Muy buena pregunta, es para reflexionar. Dentro de esos 15 minutos de competencia, que son la única oportunidad y donde se expone el esfuerzo de mucha gente y de muchos meses de trabajo, lo mejor fue haber logrado las 3 bebidas tal como lo entrenamos. Parecería lógico porque uno entrena mucho para eso, pero al momento de estar en el escenario y de enfrentarse a los nervios, a la presión, a un mundo de emociones, cualquier cosita te puede desenfocar, cualquier omisión puede llevar a un error, cualquier cambio pequeñito puede llevar a que no salga como lo entrenaste. En mi caso, pude presentar justamente lo que se entrenó, la rutina, los sabores, lo dicen las hojas de calificación.
La bebida de leche fue lo mejor, estuvo muy bien puntuada., logramos destacar muy bien los sabores dentro de esa preparación. El espresso también estuvo bien puntuada.
Lo peor para mí, debo aceptarlo y reconocerlo, fue el idioma, existe cierta desventaja para quienes no hablan inglés, que es mi caso. Cuando uno prepara la rutina, no solo importa la preparación sino lo que transmitimos a los jueces, nuestras expresiones, nuestro desempeño en el escenario. Yo no hablo inglés y, si bien la rutina se entendió, siento que logré transmitir con fuerza el mensaje de la experiencia sensorial que llevaba mi rutina. Por esta razón, yo categorizo esto como lo peor.
- ¿Cuáles fueron tus mejores lecciones o aprendizajes en este mundial?
Los aprendizajes y lecciones fueron muchos, pero quisiera resaltar la importancia de compartir conocimientos, probar cafés distintos, ampliar el campo sensorial para tener más bases para hablar de café. Es importante generar más competencia, promover que la cultura de café del país siga madurando.
Como baristas es importante practicar mucho, lograr una excelencia tras la barra, transmitir la información hacia nuestros clientes, esto es algo que ayuda a enfrentarnos a jueces que califican absolutamente todo. El tener más conocimiento para las próximas competencias y poder compartir estos con mis compañeros del rubro.
- ¿Qué viene para Pedro Ricardo del futuro?
Como dije anteriormente, una gran lección aprendida es el compartir conocimientos y experiencias para que el barismo en Chile siga mejorando y madurando. Estoy muy mentalizado y concentrado en seguir dando conocimiento en las competencias, aportando en el rubro cafetero en este bonito país que es Chile.
Por mi parte, quisiera seguir compitiendo para poder hacer una mejor representación, sea que gane yo u otra persona, es importante seguir posicionando a Chile en mejores lugares a nivel mundial y que los ojos nos volteen a ver. Estoy enfocado mostrar todo el buen trabajo que realizamos en Señor K, un trabajo profesional, serio, apasionado dentro del mundo del café de especialidad.
- ¿Pretendes seguir participando? ¿Con cuánto tiempo de anticipación de preparas para un campeonato de esta envergadura, tanto nacional como internacional?
Pretendo seguirme presentando, esa es mi mentalidad. Seguir entregando conocimiento, uno se presenta no solo mostrarse en un escenario, sino para representar un trabajo, una preparación con respecto a técnicas, investigaciones, trucos, que se pueden poner en práctica.
La única manera de mejorar es compartiendo las experiencias y promoviendo una mayor competencia en el país. Esa es la única manera. La preparación es a diario, pero la práctica de la rutina toma entre 5-6 meses, al menos así fue en mi caso, en ningún caso debiese ser menor.
- ¿En qué proyecto estás hoy y donde están puestas tus energías?
Estoy enfocado en Señor K, potencializando la marca, dando cultura del buen consumo de cafés diferenciados. Con participación en eventos de competencia. Tengo puestas mis energías en visitar cafeterías, transmitir lo que pude conocer y aprender, las experiencias en el mundo del café. Por mi parte, atento a los próximos eventos de competencia. Ya pensando un poco en ideas para la rutina 2023. Con muchas expectativas de seguir participando, seguir demostrando y mejorando el talento.